A QUIEN PUEDA INTERESAR: Desde
mi escritorio, con el corazón
Esto es a manera de una reflexión, no un artículo académico con las consabidas notas al calce y bibliografía.
Creo que es
pertinente hacer algunas observaciones que nos permitan una visión, no borrosa,
de nuestro entorno religioso multifacético, cuando tratamos asuntos bíblicos,
exegéticos, teológicos, etc., pero claro, siempre en síntesis para no acaparar
tanto espacio en estas plataformas de expresión.
Podemos empezar
con la realidad de que todos pertenecemos a distintas comunidades y confesiones
de fe; de ahí que, somos el producto de esas raíces con sus consabidos
paradigmas y marcos de referencia. En estos tablados de libertad de análisis, desde
el cual estas leyendo, hay sacerdotes y pastores, maestros de Biblia,
pentecostales, fundamentalistas, conservadores, críticos históricos, nuevos,
experimentados, curiosos, etc., todo un arcoíris de miembros y de pensamientos.
Hay unos receptivos, otros menos, y están los que se atrincheran en sus
fundamentos; los que se abren al conocimiento sin miedo, y los que forman una
concha alrededor; los que corren con una visión de 360 grados, y los que corren
con gríngolas, porque solo ven lo que tienen de frente. Pero eso es lo
interesante, ¡somos diferentes! ¡opinamos
distinto! y eso promueve la discusión provechosa, a menos que el orgullo y la
prepotencia nos invada, como ocurre tan a menudo.
En términos
generales, hay dos maneras de ver la Biblia: en forma canónica y en forma no
canónica. En la primera, la podemos considerar como una obra realizada,
completada, sellada y entregada por Dios, inerrante e inspirada,
independientemente de las bifurcaciones que tomen estas dos últimas palabras en
la mente inquieta del teólogo; o en la segunda, la podemos considerar como una
obra literaria y, por lo tanto, sujeta a los rigores de los métodos científicos
como cualquier otra obra literaria. El primer enfoque es el común que vemos en
las iglesias; el segundo, es el que se trata en la academia y que, por razones
diversas, no llega a las comunidades cristianas.
Los que son
estudiosos de la línea crítica, por lo regular ya vienen equipados con un
cúmulo de experiencias y conocimientos del enfoque canónico y, dependiendo a
qué comunidad de fe pertenecen o pertenecían, así será el contenido de ese
bagaje. Por lo tanto, tienen la ventaja de que, al cruzar la línea, mantienen
dos líneas paralelas de conocimientos. Los que son de la línea canónica y
desconocen el mundo académico, donde se aplica el método crítico-histórico,
donde se usan metodologías como Crítica de las formas, literaria y de
redacción, por mencionar las más sobresalientes, les conviene tener en cuenta
algunos elementos importantes:
1. Los grandes descubrimientos arqueológicos.
a.
Desde el siglo XIX,
comenzando con Asiria y extendiéndose a lo largo y ancho de toda la
cuenca del Mediterráneo, hasta Egipto, se han hecho espectaculares
descubrimientos, especialmente en la literatura, que han obligado a reenfocar los
estudios bíblicos.
b.
El descubrimiento de Ugarit,
a partir del 1929, especialmente su literatura, el alfabeto ugarítico, sus
mitos y rituales, el Panteón divino, El y Baal, la relación cercana al idioma
hebreo, los paralelos, etc., ha revolucionado lo que es la historia de Israel,
su idioma, costumbres, mitos y rituales.
c.
Nag Hammadi. En 1945, dos campesinos
egipcios descubrieron, enterrados junto al acantilado oriental del Valle del
Nilo, unos 45 escritos religiosos, antiguos manuscritos en papiro. Entre ellos,
están los evangelios gnósticos de Tomás, Felipe y Valentín. Entre las
importantes aportaciones de estos libros, se encuentra una mejor comprensión
del gnosticismo, donde sobresale el Evangelio de Tomas, el cual, además, con
sus 114 dichos atribuidos a Jesús, ha rendido mucho a la erudición sobre el Jesús
histórico y Fuente Q.
d.
Los Rollos del Mar
Muerto. Este descubrimiento también fue revolucionario para los estudios bíblicos
y para entender el fenómeno del cristianismo. Los primeros rollos fueron
descubiertos por pastores beduinos a finales de 1946, en una cueva en las
cercanías de las ruinas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto. Se descubrió un
total de 11 cuevas, las que aportaron mucho mas material literario. En febrero
de 2017, se descubrió la cueva número 12, la que, lamentablemente, había sido
saqueada y no encontraron material literario. Los Rollos de Qumrán han sido de extraordinario
valor para el entendimiento del judaísmo del primer siglo que vio nacer el
cristianismo.
2. Los grandes descubrimientos exegéticos.
a.
Con la Ilustración o el
Siglo de las Luces, a mediados del siglo XVIII, se desarrolló un movimiento
cultural e intelectual desde Europa, cuya principal característica era superar
la ignorancia de la humanidad mediante la razón. Con relación a la religión,
aquí termina la hegemonía de la Iglesia dominante y se sometió la Biblia al
rigor académico, con diferentes metodologías científicas y desde distintos ángulos,
para responder al cómo y el porqué de las cosas. Como resultado del ímpetu de
los estudios, se descubrieron y se establecieron las bases de lo que ha venido
a ser estándar en la academia.
b.
Así, sabemos que el AT,
especialmente el Pentateuco, es una obra compositiva de cuatro fuentes
literarias: Tradición yahvista (J), elohista (E), deuteronómica (D), y sacerdotal
(P). Esta hipótesis documentaria, fue desarrollada magistralmente,
utilizando los trabajos de otros eruditos, por Julius Wellhausen, y sigue
vigente a pesar de ataques esporádicos.
c.
Desde el siglo XVIII, eruditos
en forma independientemente, comenzaron a detectar unas particularidades, las
cuales se conocieron como el Problema Sinóptico. Se trata del contenido
y arreglo del material de los Sinópticos , que están íntimamente relacionados.
Cómo es esta relación ha sido objeto de varias hipótesis.
d.
La propuesta que
recibió la mayor aceptación hasta hoy, a pesar de voces disidentes, es la Hipótesis
de las dos fuentes. Plantea que el primer Evangelio en ser escrito fue
Marcos, y que Mateo y Lucas lo usaron como base para sus propios evangelios. Esto,
obviamente, propicia todo un mundo de análisis literario por de mas
interesante.
e.
Otros eruditos
detectaron lo que se conoció como la Fuente Q, una colección
hipotética de dichos de Jesús, aceptada como una de las dos fuentes escritas
detrás del Evangelio de Mateo y del Evangelio de Lucas. Q es el material común
que se encuentra en Mateo y Lucas y que no puede hallarse en Marcos. Este
material también propicia un caudal de análisis e investigación.
f.
Son tantos y tantos los
eruditos, especialistas y teólogos de renombre, tanto católicos como
protestantes, que han adoptado, utilizado y formado sus teologías con estos
descubrimientos arqueológicos y exegéticos a través de todo el siglo XX, hasta
nuestros días, que de seguro te transmite un mensaje de la solidez del terreno
donde pisan.
Esto para citar
solo algunos elementos, los mas importantes, que han desembocado en una nueva
apreciación de las Escrituras cristianas. Qué pretendo con esta síntesis
apretada. Algunos que están leyendo este artículo conocen al dedillo sobre esto;
otros, tienen una idea o han leído o escuchado algo al respecto; y otros, están
chocando con cosas que les resultan perturbadoras.
Hay un abismo
entre lo que se enseña en la iglesia y lo que se enseña en la academia. Y es
una pena, porque hay un universo de conocimientos, a saber, sobre el Jesús
histórico, el judaísmo del primer siglo a raíz del estudio de los Rollos de Qumrán,
el judaísmo del Segundo Templo, la literatura apocalíptica; nuevas tendencias
en la perspectiva sobre Pablo, los descubrimientos arqueológicos y exegéticos
en la interpretación de la Biblia; los papiros, manuscritos y Critica Textual; nuevas
tendencias en Cristología, y más. No voy a discutir aquí las posibles razones
para ese defalco intelectual, pero se puede hacer un balance y estrechar un puente
entre ambos polos.
Pero no estoy
diciendo que mucho de este material no se enseñe en las iglesias y mucho menos
que los líderes no lo entiendan. El caso es que, en realidad, se menciona, pero
no se tratan las verdaderas implicaciones que chocan con la forma tradicional
de enseñanza. Además, y más importante, por solo mencionar un artículo, creer
en el constructo del Jesús histórico, no es cuestión de hablar a, b y c, y
seguir tratando los evangelios como lo ha hecho la Iglesia por dos mil años.
Eso es no entender el concepto. Conocer el tema del Jesús histórico, es cambiar
radicalmente la forma de ver e interpretar los Sinópticos y el Evangelio de
Juan. Es reconocer que los evangelios responden a esquemas teológicos de sus
autores quienes , a su vez, responden a sus comunidades de fe. Es reconocer
que, en los evangelios, solo tenemos una atisbadura del verdadero Yeshua ben
Yosef. El gran teólogo Rudolph Bultmann, se rindió y dijo que jamás conoceremos
al Jesús histórico, el que camino por las calles polvorientas de Galilea. Geza
Vermes, dice que sí es posible conocer “algo” del verdadero Jesús histórico. El
hecho es que se nos escapa como el agua entre las manos.
Es posible que, al
buscar y leer literatura bíblica, desde la perspectiva de los estudios críticos,
te desconciertes, te llenes de dudas, sientas amenazada tu fe, y eso es normal.
En el mejor de los casos tu fe puede ser reafirmada; en el otro extremo, podrías
pasar por un periodo de crisis temporera, del que podrás salir fortalecido. Una
posibilidad latente, por experiencia propia, es desarrollar un espíritu
ecumenista con una macro visión que te permitirá apreciar y valorizar la
religión de tu amigo, de tu vecino, y respetar las religiones de los pueblos; dejarás
de ser exclusivo y justipreciarás la inclusividad.
¿Que tú puedes
vivir una vida cristiana sin necesidad de entrar en estos temas críticos de la
Biblia? Por supuesto. Habrá muchísimos cristianos que, por edad, enfermedad,
educación, costumbre, desinterés o temor, prefieran solo ocuparse de su
espiritualidad, leer la Biblia o escuchar sermones y enseñanzas todas las
semanas, recibiendo el pan espiritual, y la Biblia tiene mucho que ofrecer al
respecto. Pero si te gusta estudiar, si te apasiona la Biblia, si no te
conformas, si te gusta llegar al fondo de las cosas, si siempre tienes un por
qué, si demandas razones como un ser pensante, entonces, tienes ante ti un
horizonte interminable. Los descubrimientos que harás te llevaran por un valle
de sombras, pero al final, encontraras la luz, verás un arcoíris hermoso y
sabrás que valió la pena.
No te cierres al
conocimiento, abre el abanico de posibilidades y salta a la aventura.
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